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Recuperando la fresquera

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La fresquera o cámara, es el nombre de aquella pequeña dependencia en las viviendas que cumplía la función de conservar frescos, como su nombre lo indica a los alimentos. En tiempos antiguos, cuando no se contaba con los novedosos sistemas frigoríficos o ni siquiera con la energía eléctrica, la fresquera era el sistema más utilizado, al igual que la despensa, para a conservación de los alimentos.

Hoy en dia, en casas autónomas, ecológicas o sin acceso a la red se están volviendo a utilizar y nos parece una gran idea recuperar estos artilugios. Sin embargo a menudo, han caído en el olvido y se utilizan neveras a gas, o basadas en la energía de placas solares, consumimendo así gran cantidad de energía o inhabilitándolas los días nublados. El frigorífico es el electrodoméstico que, con diferencia, más electricidad consume y con este invento se ahorran todo ese gasto en energía. 

Así pues este artículo quiere recuperar y refrescar, nunca mejor dicho, como tener una buena fresquera.

Nombremos cinco puntos a tener en cuenta:

  1. La forma de acceder a ellas era con las manos. La manera en que se tomaban o depositaban artículos en su interior era por medio de una ventanilla pequeña, ventanuco o trampilla, o a través de una puerta que solía tener en general dos hojas, lo cual hacia aun más cómoda la manipulación de las fresquera. Dicha puerta era construida lo más cerca posible del suelo pero sin tocarlo. Cuando era una ventanilla, era frecuente que la forma de la misma fuera apaisada y con basares.
  2. En su exterior era cubierta por una tela metálica. De esta manera se encontraba protegida del ataque de los insectos o los animales. Dicha malla o tela metálica, tenía una gran densidad.
  3. El lugar era diseñado exclusivamente para esta función. Esto se debe a que las fresqueras se colocaban en un sitio en que pudieran resguardarse del calor del sol. Siempre se perseguía que su ubicación fuera hacia el Norte o al menos al Este. De cualquier modo debían tener algún tipo de comunicación con el exterior.
  4. Tenían proximidad con la cocina. Pues así era más fácil y cómodo servirse de ellas. 
  5. En la mayoría, se colocan dos entradas de aire en la parte superior e inferior para que haya un flujo continuo de aire que mantenga una temperatura baja  en el interior de la cámara. Se puede lograr temperaturas de 12 a 16°C, suficientes para conservar los alimentos en buen estado por un período de tiempo.

Algunas de las mejores fresqueras que hemos encontrado y seleccionado en el mercado son estas:

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